Alfonsín propone que quienes cambian de partido no puedan votar en el recinto
El legislador electo por el Acuerdo Cívico y Social quiere incluir esa cláusula en un proyecto de reforma política. Sostiene que las bancas son de los partidos y no de los legisladores y que deben renunciar o abstenerse de sufragar en las sesiones.
Crítica de la Argentina – Ricardo Alfonsín comenzará una cruzada contra los tránsfugas. Una de las primeras iniciativas parlamentarias que piensa presentar cuando asuma como diputado nacional será impedirles que ocupen una banca o, de mínima, quitarles la posibilidad de votar en el recinto. “Mi idea es evitar que haya legisladores que entran al Congreso por un partido y luego forman otro bloque o se incorporan a otra fuerza. En este caso, tendrían que renunciar a su banca”, adelantó a Crítica de la Argentina.
El lenguaje cotidiano prohijó un término nuevo: borocotización. Los políticos recurren al caso de Eduardo Lorenzo “Borocotó” –electo por el macrismo en 2005 y que después de la elección negoció su ingreso al bloque del Frente para la Victoria– para nombrar a quienes se pasan de bancada. Sin embargo, el diccionario de la Real Academia Española tiene la palabra justa: tránsfuga. En sus tres acepciones remite al caso. En la segunda de ellas, concretamente se refiere a la “persona con un cargo público que no abandona al separarse del partido que lo presentó como candidato”.
Precisamente ése es el punto que destaca Alfonsín. El flamante diputado electo dijo a este diario que su proyecto “es parte de las iniciativas que tiene que tener en cuenta la reforma política”. Alfonsín aclaró que con esta medida apunta a fortalecer los partidos políticos pero de ninguna manera establecer una disciplina absolutista dentro de ellos. “Intento que los diputados debatan sus diferencias dentro de los bloques. En los casos en los que su conciencia o sus opiniones íntimas se vean comprometidas, podrán abstenerse o votar en contra de su propio partido, pero nunca formar una bancada aparte”, dice.
Alfonsín no desconoce que se introduce en una discusión tan antigua como la fragmentación de la política, esto es, si las bancas pertenecen a los hombres o a los partidos. “No tengo duda, las bancas pertenecen a los partidos”, subrayó. Cuando este diario le recuerda casos históricos de legisladores que construyeron otras fuerzas después de haber sido electos por otro partido, como el caso de Carlos “Chacho” Álvarez, elegido en las boletas del PJ Capital que apoyaba a Carlos Menem a presidente en 1989 y que después renunció al menemismo para formar el Grupo de los 8 sin dejar su banca; o el de Elisa Carrió, que rompió con la UCR y la Alianza para desde ese curul formar el ARI, el diputado electo consideró que, ante esas situaciones, tienen que renunciar a su diputación y construir nuevas alternativas desde el llano. Alfonsín le recordó a este diario que en Colombia hay una ley similar que, si bien no le quita la banca al legislador, le impide votar en las sesiones.
